Alan Freed y el Rock & Roll

La figura de Alan Freed se asocia común y controvertidamente a dos fenómenos: la concepción del término Rock & Roll y la corrupción por recibir pagos ilegales para privilegiar la emisión radiofónica de ciertos temas musicales (fenómeno conocido como escándalo ‘Payola’).

Alan Freed fue un disc-jockey norteamericano que, a principios de los años 50, supo aprovechar el creciente gusto por el Rhythm & Blues afroamericano que la clase media blanca comenzaba a manifestar. La noche del 11 de julio de 1951 retransmitió el primer programa de Rhythm & Blues negro para una audiencia blanca en una emisora de Cleveland. Comenzaba así la leyenda del autodenominado Moondog (este fue el sobrenombre con el que Freed bautizó a su personaje radiofónico). El éxito del programa fue tremendo, tanto como el impacto socio-cultural consecuente: ¡¡¿música negra escuchada y bailada por blancos?!! Recordemos que con el genérico ‘Rhythm & Blues’ se denominaba a todo tipo de música hecha por y para gente negra. Freed supo aplacar los ánimos de la moral conservadora, sustituyendo el nombre ‘Rhythm & Blues’ por el de ‘Rock & Roll’. Un simple cambio de concepto y a seguir bailando. Lo más llamativo del asunto es el origen del término: ‘Rock & Roll’ surge de la expresión “Let´s go rockin´and´rollin, baby”, utilizada comúnmente en el argot negro de la época, y que podría traducirse en algo así como “Cariño, vamos a seguir dándole caña… pero en el huerto”.

Nacía así el primer exitoso programa de Freed, el Moondog´s Rock´n´Roll Party, y con él un nuevo concepto musical, el Rock & Roll’, que podría decirse no fue otra cosa que ‘Rhythm & Blues’ camuflado para el disfrute de los blancos. Pero en realidad, lo más valioso de este paso adelante en la historia de la música fue lo que supuso para los protagonistas de la época, es decir, aquellos que escuchaban y bailaban la música emitida: blancos y negros escuchaban, cantaban y, lo más importante, bailaban juntos los mismos temas. Este hecho tuvo su propia efeméride, y esta se produjo gracias a nuestro personaje, Alan Freed, que consiguió materializar lo que ya había conseguido a través de sus retransmisiones: Freed promovió el primer concierto de Rock & Roll de la historia, conocido como Moondog Coronation Ball, celebrado el 21 de marzo de 1952 en el Cleveland Arena. Se vendieron más entradas que localidades existentes, y la fiesta culminó con los enardecidos jóvenes que se habían quedado fuera tirando las puertas abajo e irrumpiendo a la fuerza en el local. Y sí, había blancos y negros. Era el primero de los escándalos de Freed, que como respuesta a los sucesos sentenció: “Todo ha salido genial… nadie ha pedido la devolución del dinero de sus entradas”.

 

A estas alturas, ya eran muchas la emisoras norteamericanas las que, siguiendo la estela de Freed, ponían Rhythm & Blues a diario. Nuestro dj se traslada en 1954 a New York, donde continúa ejerciendo de maestro de ceremonias en la emisora WINS. La fama de Freed alcanza en esta época cotas muy elevadas: su programa se emite a nivel nacional, se convierte en  promotor de músicos y conciertos de Rock & Roll, participa en cinco largometrajes, etc. En 1958, Freed es acusado por incitar a la revuelta a los asistentes a un concierto de Rock promocionado por él mismo, suceso que desembocó en la expulsión del aclamado dj de la emisora neoyorkina. Al poco tiempo estallan los casos del escándalo Payola: múltiples pinchadiscos son acusados por las autoridades de recibir dinero y regalos por parte de las productoras musicales para que los temas de sus músicos fueran emitidos en antena y laureados por los dj al cargo. Freed se encuentra entre este grupo de supuestos criminales. Lejos de retractarse, Freed se negó a firmar los papeles asumiendo su inocencia, e incluso llegó a hacer declaraciones afirmando que, en efecto, había recibido “propinas” durante su carrera, dejando constancia de la naturalidad que para él suponían dichos pagos ilegales. Además, en la misma época es acusado por el fisco de evasión de impuestos, lo que le supuso el pago de varias multas y una condena de seis meses (con libertad condicional). Freed se vio obligado a abandonar su profesión. Moriría en 1965 a causa de la cirrosis.